Hoy a través de nuestra sección de noticias os acercamos a una actividad grupal que está desarrollando el Centro de Salud Romareda-Seminario. La actividad se realiza desde la Unidad de Fisioterapia en colaboración con el Grupo de Atención Comunitaria del Centro de salud, del que varios profesionales de fisioterapia forman parte. Se trata de una actividad grupal de ejercicio terapéutico con orientación comunitaria, conectada con activos para la salud del barrio y en la que participa el equipo de salud. ¿Quereis conocerla? Lo mejor…empezar por este breve vídeo (puedes clicar sobre la imagen también para verlo)

Les hemos pedido a las compañeras del centro de salud que nos cuenten un poco con más detalle este proyecto de atención comunitaria. Nos han contado la experiencia en un breve texto que os aportamos a continuación junto con algunas fotos:
«Hoy os compartimos una experiencia que está creciendo con mucha fuerza desde nuestra unidad: un proyecto comunitario centrado en la prevención de la fragilidad y las caídas, uno de los retos más importantes en el envejecimiento saludable. Se llama «Grupo de prevención de la fragilidad y el riesgo de caídas: ejercicio terapéutico, fuerza y comunidad«.

A través de sesiones grupales guiadas por profesionales de fisioterapia, trabajamos con personas en situación de fragilidad o con riesgo de caídas, combinando el ejercicio terapéutico con un enfoque participativo y comunitario. Se trata de lo que se denomina Ejercicio terapéutico con enfoque comunitario.

Las sesiones grupales que desarrollamos se basan en ejercicio terapéutico estructurado, seguro y adaptado, con objetivos terapéuticos claros. La presencia de profesionales como fisioterapeutas garantiza una práctica segura, adecuada a las capacidades de cada persona y ajustada a sus necesidades clínicas. Más allá de los beneficios físicos, el formato grupal también aporta: mejora de la motivación, mayor adherencia y un importante componente emocional y social
Durante las sesiones trabajamos:
–Fuerza muscular (prioritaria para la funcionalidad y la prevención)
-Equilibrio, coordinación y propiocepción
-Doble tarea cognitiva (movimiento + estimulación mental)
–Actividades lúdicas que favorecen la participación y el disfrute
Además, informamos, empoderamos y acompañamos a los participantes para que comprendan el impacto positivo del ejercicio en su salud y mantengan la práctica terapéutica más allá del ámbito sanitario.
El trabajo no termina en el centro de salud. Estamos conectados con activos para la salud del barrio .
Derivamos a los participantes a recursos comunitarios que permiten seguir activos de forma regular. Uno de los más valorados es el grupo de andarinas, impulsado por el equipo de atención primaria del mismo centro de salud en conexión con la asociacion vecinal del barrio. En este grupo las fisioterapeutas, en colaboración con las enfermeras del centro de salud, guían y supervisan ejercicios previos de calentamiento, fuerza y equilibrio.

Estos ejercicios se realizan de forma segura, adaptada y acompañada, creando un espacio de confianza para las participantes. Después, las andarinas realizan un paseo grupal de aproximadamente dos horas. El recorrido se realiza en un entorno cercano y accesible, ideal para fomentar la participación y la seguridad. Esta actividad: Facilita la continuidad del ejercicio terapéutico, refuerza vínculos sociales entre participantes y promueve un envejecimiento activo, autónomo y saludable.
Sabemos que el ejercicio terapéutico mejora múltiples indicadores de salud y es una herramienta de prevención. Previene caídas y fracturas, disminuye el riesgo de hospitalización, mejora la movilidad, el estado de ánimo y la calidad de vida. También reduce el impacto de enfermedades crónicas y la dependencia.
Por eso este proyecto representa mucho más que una intervención puntual: es una estrategia comunitaria de prevención, que se sostiene en: El trabajo interdisciplinar, la participación y la conexión con el entorno.
Porque prevenir es cuidar. Y cuidar, es comunidad. Y porque ganar fuerza es ganar salud.»

Gracias a la Unidad de Fisioterapia, y al grupo de Atención Comunitaria del Centro de Salud de Romareda- Seminario. Con esta actividad describen lo que se denomina orientación comunitaria en atención primaria, esencial para desarrollar la atención comunitaria en atención primaria, que está dentro de los servicios comunes de la cartera de atención primaria. Desarrollar la atención comunitaria implica reconocer como esenciales la participación comunitaria en salud (herramienta transformadora dentro y fuera del sistema); la implicación activa de personas, familias y comunidades en su cuidado más allá de su rol de paciente o cliente y la desmedicalización. Que un centro de salud oriente comunitariamente su práctica implica intervenir organizadamente en la realidad social con otros actores y población para que, conociendo las realidades locales, se puedan establecer estrategias comunes, coordinadas y cooperativas para la resolución de problemas, demandas y necesidades de esa comunidad humana, contando con su participación y protagonismo. Nos gusta recordar algunos párrafos de un articulo muy interesante publicado en la revista Atención Primaria Practica en que nos describen los tres niveles de orientación comunitaria en los que trabajamos en AP. (Clica sobre el articulo para acceder al texto completo)

La intro del articulo nos recuerda que en AP no solo se aborda el tratamiento de las enfermedades, sino también la prevención de las mismas y la promoción de la salud y nos ayuda a hacernos algunas preguntas «… ¿cómo hacerlo sin conocer e intervenir en el contexto en el que las personas viven? Si la salud individual depende y se construye a través de las relaciones y vínculos con otras personas y grupos ¿cómo no trabajar en red con otros agentes comunitarios promoviendo espacios de encuentro y apoyo mutuo? Si la globalidad y la continuidad de los cuidados en todas las etapas de la vida son una característica fundamental de la AP, ¿cómo no aprovechar todo el conocimiento generado a lo largo de estos procesos sobre lo que determina la salud de las personas y sus comunidades para avanzar hacia un abordaje más amplio y contextualizado?
Lo comunitario no es algo más a hacer desde AP cuando se han terminado otras tareas, sino que constituye un pilar fundamental para que esta se pueda desarrollar con calidad. Del mismo modo, no se trata de actividades que realizan uno o 2 profesionales del centro de salud, desconectadas del resto del equipo. La orientación comunitaria debe ser parte integral de la actividad diaria de todas las personas que trabajan en el centro de salud, incorporando un enfoque sensible a los determinantes sociales de la salud, la participación y la equidad, incluyendo además el enfoque salutogénico. Cada profesional aportará en este sentido desde su ámbito de responsabilidad y actuación, y estos se han definido en 3 niveles, que están interconectados entre sí «
Esta entrada de hoy en nuestra web-blog en la que conocemos la experiencia del Centro de salud Romareda-Seminario nos muestra como podemos trabajar en el nivel 2 de orientación comunitaria con educación grupal incorporando la recomendación de activos para la salud. Recordamos con el texto que es esto del nivel 2…
Nivel 2. Nivel grupal: «educación para la salud grupal trabajando sobre las causas de las causas»
En este nivel, varias personas del centro de salud trabajan con grupos promoviendo acciones educativas dirigidas a la comunidad, teniendo en cuenta las características de esta y las necesidades concretas de cada territorio, así como los determinantes sociales de la salud incorporando una perspectiva de equidad. Es importante tener claro que su dimensión educativa va más allá de que los profesionales aporten conocimientos técnicos a la población, ya que, aunque esto puede ser importante el impacto sobre la salud será mayor y más global desde una perspectiva de promoción de la salud que favorezca el desarrollo de habilidades que den respuesta a los problemas e intereses de las personas y el fortalecimiento de los recursos personales a través de la acción grupal. El trabajo grupal se debe apoyar en el conocimiento generado en las consultas que «miran a la calle», así como en el trabajo en red del nivel colectivo, que puede ayudar a identificar y priorizar necesidades. Al mismo tiempo genera procesos formativos que favorecen tanto dinámicas de autocuidado como de cuidado colectivo que impactan en los otros 2 niveles.

Todo lo que se realiza en este proyecto de atención comunitaria del equipo de Romareda-Seminario va en este sentido y describe una reorientación de la asistencia y trabajo del centro sanitario de atención primaria centrándose en las personas y en su contexto.
Muchas gracias por tanto compromiso. Nos impulsáis para seguir.

